El tratamiento político de las drogas constituye un punto de intersección entre múltiples debates y procesos internacionales y transnacionales. Incluye tanto las dinámicas de cooperación para la erradicación y el control, como las crecientes discusiones sobre los riesgos y beneficios de la despenalización y regulación de la producción y el consumo, particularmente en el caso de ciertas sustancias. Se trata de un tema que atraviesa dimensiones jurídicas, económicas, sanitarias y culturales, lo que explica la diversidad de enfoques y la naturaleza controversial del debate. La política de drogas puede abordarse desde perspectivas centradas en la seguridad internacional, la salud pública o los Derechos Humanos, lo que da cuenta de su complejidad y relevancia global. Además, su dimensión económica resulta fundamental para entender sus implicancias políticas: desde su conexión con el sistema de gobernanza financiera internacional hasta su impacto en estrategias de desarrollo económico vinculadas, por ejemplo, a la legalización del cannabis con fines medicinales en algunos países. Esta línea de trabajo promueve investigaciones que aborden la política internacional de las drogas desde perspectivas multidimensionales, capaces de reflejar la complejidad del fenómeno y sus múltiples escalas de impacto.